Las bajas temperaturas ya empiezan a ser habituales y más de la mitad de los españoles asegura sufrir problemas de confort térmico en sus casas. Desde Grupo EM Inmobiliaria te ofrecemos una serie de consejos y trucos fáciles y prácticos para protegerse del frío sin disparar las facturas energéticas, que este año han vuelto a marcar máximos históricos.
El primer paso es mantener el calor de la calefacción lo mejor posible. Para ello conviene sellar aquellas zonas de la casa que no se frecuentan para que el aire caliente no se escape. También es recomendable cerrar las grietas de los entornos de las puertas y ventanas. Y se puede hacer de una manera muy fácil, basta con adquirir masilla resistente al agua y esparcirla por los exteriores de la casa.
Otro punto crítico a tener en cuenta son las tuberías. Debido a las temperaturas especialmente bajas pueden llegar a sufrir grietas, congelarse o incluso explotar. Para evitarlo lo más recomendable es envolver las que se encuentren en zonas muy expuestas a temperaturas extremas del exterior, ya sea con espuma, cinta de calefacción o plástico de tuberías. Por otro lado, el invierno puede continuar así, por lo que convendría instalar ventanas de doble acristalamiento que sirvan de protección. Si esta opción dispara el presupuesto familiar otra alternativa para disminuir las filtraciones de aire es poner ribetes o tiras de protección entre ventana y ventana y mejorar el sellado de estas.
Las chimeneas son también buenas y tentadoras opciones durante esta estación, por lo que conviene mantenerlas limpias y en óptimas condiciones. En caso de no tener chimenea, se debe calentar la vivienda sólo cuando sea necesario y con una temperatura constante, evitando picos que incrementen la factura. Una temperatura apropiada en invierno es de 21º.
Recomendamos revisar que el sistema de calefacción de la vivienda funciona correctamente, por lo que aconsejan purgar los radiadores, revisar que no tengan fugas y que no estén cubiertos nunca por ropa o muebles. Además, se deben colocar termostatos para mantener una temperatura constante, que puede rondar los 21º. Y es que que cada grado de más en invierno o de menos en verano aumenta el gasto en calefacción en un 7% aproximadamente.
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