La versatilidad es una característica muy importante para un agente inmobiliario. Al contrario de lo que se pueda pensar, el trabajo de un agente inmobiliario no se limita a recibir a los compradores de viviendas en la oficina. Un agente inmobiliario debe tener buena relación con los responsables de las obras, ya que es la única forma de mantenerse informado sobre el estado y novedades de las mismas.
En ocasiones, cuando un agente inmobiliario se encuentra en proceso de venta de un inmueble en construcción, tiene que lidiar con situaciones complicadas que debe saber solucionar. Modificaciones en la obra con respecto al plano principal, cambios en la estructura del edificio… durante la obra pueden surgir impedimentos que un agente inmobiliario debe saber explicar a los clientes, tratando de evitar los conflictos en la medida de lo posible.
Además, es necesario que un agente inmobiliario visite las obras de forma periódica. De esa forma podrá establecer relación con los responsables y estos podrán comentar todos los detalles de la obra para poder transmitírselos a los clientes. Es la mejor manera de aportar información nueva a quienes están pendientes de todas las novedades de sus nuevas viviendas.
El vínculo agente-cliente y agente-obra son por lo tanto muy importantes a la hora de ofrecer información completa, actualizada y contrastada y poder lidiar de forma rápida y efectiva con todos los problemas o impedimentos que puedan surgir durante la construcción de una vivienda.
