Tanto a la hora de comprar, como a la hora de vender una vivienda, es importante tratar de no caer en falsos mitos, en ese «lo que todo el mundo dice», que puede provocar que nos estanquemos en un asunto que tiene un fuerte peso en nuestra vida pero que, al mismo tiempo, ha de suponer un cambio de rumbo ilusionante.
«Es mejor que vendas tu casa cuando llegue el buen tiempo». No es cierto. Quien quiere comprar, busca vivienda en cualquier época del año, ya que los motivos por los que alguien deciden comprar una nueva casa pueden ser múltiples. La única explicación a este razonamiento se aplica a un tipo de comprador concreto: familias con niños pequeños, que esperan a que acabe el curso escolar para hacer la mudanza.
«Lo importante es el interior de la casa, que es donde más tiempo vas a estar». A la hora de invertir en una vivienda, es importantísimo que ésta te ofrezca comodidad tanto en las zonas interiores (la vivienda en sí) como en las exteriores. Con las zonas exteriores podemos referirnos al patio, jardín o terraza que pertenezca a la propia casa; como a las zonas comunes de la urbanización en que esté, así como a las instalaciones compartidas con otros vecinos en un bloque de viviendas: el portal, las escaleras, el ascensor, la zona de trasteros o el garaje. Es importante que estén cuidados y al día los desperfectos, la limpieza, los olores, etc.
«Pon un precio alto, que para bajar ya tendrás tiempo» Un precio de salida excesivamente alto, por encima del precio medio de mercado, lo único que va a provocar es que se retrase la venta de tu casa, nadie se va a interesar por ella, ya que comparan y ven que su valor está por encima de otras viviendas de la misma zona, de similares características. Ten en cuenta también, que una vivienda en venta durante un período largo de tiempo y en la que se han ido haciendo varias reducciones en su valor, provoca inseguridad y una mala impresión en el cliente potencial, ya que asocia, aunque no sea así, directamente no se vende con desperfectos importantes en la casa.