Debido al confinamiento, se espera que el mercado residencial aumente la demanda de apartamentos grandes con espacio de estudio/oficina y casas con terrazas y jardines. Esto hará que aumenten los precios de las viviendas que cumplan con estas características, y se construirán casas nuevas lejos del centro de la ciudad.
En el mercado de alquiler, las llamadas «Built-to-rent», aumentarán las oportunidades de inversión en bienes raíces para apartamentos residenciales y para estudiantes. El coliving es una tendencia y el mercado creará oferta para esta demanda.
Para los más jóvenes, habrá necesidad de acceso a vivienda. Algunos expertos prevén que, además de la asistencia pública y la construcción de viviendas sociales, es una de sus opciones transformar apartamentos de alquileres turísticos en alquileres a largo plazo.
La práctica muestra que el teletrabajo es una buena fórmula para el beneficio de las empresas y los empleados, y este hecho también afectará el mercado de oficinas. Las empresas que mantienen teletrabajo tendrán menos demanda de espacio físico, por lo que la demanda de estos inmuebles puede reducirse.
Por contra, aumentará la demanda de espacios de coworking para autónomos y nuevos emprendedores que provengan de empresas afectadas por esta crisis. Del mismo modo, aumentará la demanda de oficinas de mayor tamaño para propiciar el distanciamiento social y las nuevas medidas de seguridad e higiene que garanticen la salud de los trabajadores en la nueva normalidad post-covid 19.
Otro efecto esperado es de de los préstamos impagados procedentes del sector inmobiliario, la previsión es que el aumento de la morosidad en España llegue a valores que oscilarán alrededor de 100.000 millones de euros.
Dentro del sector se espera que todas las medidas que están tomando de sus frutos y se recuperen pérdidas, pero esta reajustación de la demanda conllevará unos cambios de precio también.
