Residencial QDR Algete: Comienza una nueva etapa con vistas a la sierra de Madrid

Grupo EM Inmobiliaria, en su búsqueda por ofrecer la mejor calidad de vida a sus clientes, ofrece la posibilidad de comenzar una nueva etapa en una de las zonas con mejores perspectivas a futuro de la Comunidad de Madrid: el municipio de Algete.

Algete se encuentra en el noroeste de la región y presenta dos zonas claramente diferenciadas, pequeñas colinas en la zona este y la meseta conocida como Llano del Campo al Oeste. Una amplia planicie queda entre ambos extremos, la cual muere en el río Jarama, afluente del Tajo. La población se asienta en la ladera sur de un pequeño cerro, Barrio del Castillo, dominado por otros de mayor altura como Valserrano, Tesoro, Retamar y Carrachel, que lo protegen de los vientos.

La localidad algeteña no carece tampoco de historia: los primeros asentamientos humanos en el Término Municipal se retrotraen a la Edad de Hierro, al haberse constatado la existencia de restos de la cultura campaniforme, posiblemente asentadas en las terrazas de la vega del Jarama. También se han localizado restos de villas romanas, lo mismos que vestigios de algún asentamiento visigodo.

Es por esto que Grupo EM Inmobiliaria decidió poner en marcha la comercialización de 10 fabulosas viviendas, Residencial QDR Algete, con entrega inmediata en la calle Mayor -en plena zona centro- con todos los servicios a muy pocos metros. En esta misma calle donde tiene la posibilidad de vivir, además, están algunas de las casas típicas de Algete, de las de antes:

La casa típica era de ladrillo visto o aparejo toledano (ladrillo y tapial, sólo o con canto rodado), la mayoría de una planta, con cámara, los tejados de teja curva con una inclinación aproximada del 40% y aleros de madera donde anidaban las golondrinas.

Las puertas tradicionales son de madera a base de cuarterones o con tablones y grandes clavos y en las ventanas grandes rejas de hierro forjado. Las de dos plantas solían tener terraza o corredor, con barandilla de tablones de madera, o balcones de hierro forjado. La vivienda estaba formada por un portal grande; cocina con lumbre baja y chimenea de campana, salas y dormitorios, en muchos casos interiores, con techos de vigas de madera y entre ellas tarima o yeso. Los suelos eran de tierra, empedrados o de mosaico. Debajo de la vivienda la bodega con tinajas y al fondo de la casa el corral, cuadras, pajares y departamentos para prensar las uvas y guardar los aperos de labor. Las casas humildes eran más sencillas y estaban construidas con adobes y tapial a base de barro y paja.

La mayoría de las casas tenía pozo en el corral, otras en la cocina o el portal, cuya agua era de manantial propio o procedente de los canales o vías subterráneas medievales.

Si paseamos por las calles podemos encontrar todavía casas interesantes, aunque muchas sin gran fachada, conservan bien su interior. Destacan algunas casas grandes de las calles más céntricas como José Antonio («Mayor»), Calvo Sotelo («Limón Verde»), Obispo Moscoso («La Paloma») y Duque de Sesto. También queda alguna casa en mal estado del tipo más humilde.

Residencial QDR Algete tiene para elegir viviendas de 1, 2 y 3 dormitorios en planta baja y tipo dúplex, la gran mayoría con grandes terrazas. Grupo EM Inmobiliaria ofrece las mejores calidades e incluyen plaza de garaje y trastero en el precio.

Algete es el entorno perfecto para darle una oportunidad a la naturaleza, a practicar deporte al aire libre, a las rutas como la que ofrece el municipio con el recorrido por Las Fuentes, que puede hacerse mediante una buena caminata o en bicicleta. Se trata de un corto pero interesante trecho, que atraviesa el casco viejo de este a oeste, sobre el antiguo cauce del Arroyo de la Cerrada al este y su prolongación por el del Arroyo del Almuñadero al oeste. Y, como todo en Algete, también tiene su historia: Antes de que se entubaran los modestos caudales de estos arroyos, el agua corría a cielo abierto, bajo los ya desaparecidos puentes de San Roque, del Arrabal y de la Fuentecilla. Este cauce, fue durante el medievo línea divisoria entre los barrios del casco antiguo y el arrabal, siendo este último el Algete de moros y judíos.